
El dólar de EE.UU. es de lejos la divisa más negociada en el mundo. Esto se debe a varios factores como ya vimos en el último capítulo. En primer lugar, es la principal divisa de reserva del mundo, lo que hace que esta moneda sea altamente susceptible a los cambios en las tasas de interés. En segundo lugar, el dólar es una medida universal para evaluar cualquier otra moneda, así como muchos productos básicos como el petróleo (de ahí el término «petrodólares») y el oro.
Hoy en día otras divisas importantes como el euro, la libra esterlina, el dólar australiano y el dólar de Nueva Zelanda se mueven frente a la divisa estadounidense, así como el yen japonés, el franco suizo y el dólar canadiense.
El 70% de la economía de EEUU depende del consumo interno, por lo que su divisa es muy susceptible a los datos sobre empleo y consumo. Cualquier contracción en el mercado laboral tiene un efecto negativo en esta moneda.
Todos los depósitos denominados en dólares mantenidos en bancos extranjeros o en sucursales extranjeras de bancos estadounidenses se conocen como «eurodólares». Algunos economistas sostienen que la demanda extranjera de dólares permite a Estados Unidos mantener su persistente déficit comercial sin que el valor de la divisa se deprecie ni se reajuste el flujo del comercio. Otros economistas creen que en algún momento en el futuro estas presiones provocarán una carrera contra el dólar con graves consecuencias financieras a nivel mundial.
Apodo: Buck o Greenback
